¿Cómo cambio mis pensamientos distorsionados?

Una distorsión de la mente es una forma errónea de interpretar las experiencias que vives y generalmente es gracias a tu estado de ánimo. Por ejemplo, un pensamiento distorsionado puede suceder cuando te encuentras abrumad@ por el enojo, la tristeza o la ansiedad pues los pensamientos que pasan por tu mente están totalmente influenciados por tus emociones y limitarán en gran medida que puedas pensar de manera objetiva, neutra y realista. Por eso me gusta repetirles a mis consultantes constantemente que aprendan a no tomar decisiones durante una crisis emocional pues tendrán consecuencias quizá no deseadas o desfavorables para su proceso de sanación, ya que todo está conectado.

Me apoyaré de una situación hipotética, para explicarlo mejor:

Imagina que un día cualquiera te enteras que una persona muy cercana, la cual es muy importante para ti y amas mucho te ha traicionado y esto ha dejado una herida emocional profunda. Como consecuencia comienzas a desarrollar un pensamiento generalizado de desconfianza hacia todos creyendo que otros también te van a traicionar, haciendo que tu autoestima y seguridad se vean fracturadas al mismo tiempo y crezcan en ti emociones de miedo, inseguridad, desconfianza, etc. Con el tiempo en ocasiones te vuelves arisc@, te alejas poco a poco de las personas y activas constantemente tus mecanismos de defensa porque tu cerebro opera siempre en modo «traicionado» y lo único que quiere es protegerse a si mismo para no volver a vivir esa experiencia que le reflejo un profundo dolor. Entonces, si pones atención al ejemplo anterior y lo analizamos, te darás cuenta que una cosa fue llevando a la otra instintivamente porque te dejaste llevar por pensamientos distorsionados de manera inconsciente que nacieron de una experiencia dolorosa y se convirtieron en una creencia errónea por una distorsión mental al procesar negativamente la situación. 

Sin embargo, en el presente algo pasa en tu interior que te grita que ya no quieres vivir asi, que estás cansad@ de sufrir, de vivir en la monotonía o de volver a encontrar el sentido de tu vida. Algo ha sucedido de repente y sientes la necesidad imperativa de un cambio, de transformarte de verdad, así desde adentro y entonces comienzas a ponerte atención y a  detectar todas aquellas banderas rojas en tu vida que es todo aquello que no te deja ser feliz como tus miedos, inseguridades, heridas abiertas, tristezas, ansiedad, etc. Y por fin decides recurrir a terapia, y si pensabas que tú proceso era difícil deja que te platique que se pone mucho mejor. 

Cuando asisten a terapia por primera vez me gusta reconocer su valentía y coraje, porque ir a terapia es un proceso retador y desafiante por si mismo continuamente. No es fácil confrontarte, desnudar tu vulnerabilidad, cuestionar tus pensamientos y creencias y hacer temblar tus cimientos hasta la raíz, cuestionarte quien eres en verdad, derrumbarse por completo y reconstruirte nuevamente. Porque si y porque es necesario. Es como si quisieras tapar el sol con un dedo, simplemente no se puede porque brilla tanto que es imposible que pase desapercibido. En ocasiones asi son los pensamientos distorsionados, son tantos que sus consecuencias tu vida son imposibles de ocultar. Sanar requiere de muchas cosas porque cada proceso es único y muy personal pero en especial verás resultados gracias a la disciplina, constancia, paciencia y amor, sobretodo mucho amor.

Para comenzar a vivir con bienestar y verdaderamente ver cambios definitivos, es decir, ver resultados reales y tangibles hay ciertas cosas que debes tener muy en cuenta como que los resultados inmediatos con técnicas mágicas podrán ser un motivador inicial poderoso o sugestivo, pero no perduran a largo plazo. El secreto del verdadero cambio no radica en el cambiar lo que haces o sientes, sino como piensas. A eso que le llamamos coloquialmente en México: cambiarte el chip. En terapia me refiero a ello como eliminar tus pensamientos distorsionados.

Una vez me preguntaron en terapia: ¿Cómo cambio mis pensamientos distorsionados? ¿Cómo los identificó? ¿Cómo se que soy yo y no mi entorno? La respuesta sencilla fue: Autoconsciencia, autoconocimiento, introspección, reestructuración cognitiva y práctica. Pero su cara fue aún más de confusión así que tuve que recurrir a una explicación más detallada… Como también lo haré para ti con la intención de que aporte a tu crecimiento y te lleves algo útil de esta lectura.

Cuando tienes la apertura de vivir conscientemente, de querer sanar, de poner atención a lo que te pide tu alma y tu corazón, es tu primer indicador para saber que estás list@. Otro indicador es que dejas de buscar culpables externos y decides responsabilizarte de ti mism@, de lo que te pasa y lo que sientes, te enfocas en lo que sí puedes hacer para tu bien y dejas de tener tiempo para inmiscuirte con los demás. Así fluye de manera suave la primera etapa en dónde comienzas a ejercer tu autoconsciencia: pones atención a lo que te sucede y como lo vives, a las impresiones que te genera, con que criterios y parámetros mentales lo asimilas (si lo juzgas o no, si tienes estereotipos, etc.) Después gracias a este estado de consciencia comienzas a conocerte mejor y a descubrir que te gusta de ti y que no, que quieres cambiar porque comienzas a cuestionarte porque eres de tal o cuál manera, a validar tus propias emociones, etc. Así es como empiezas a identificar tus pensamientos distorsionados y de dónde provienen, gracias a los ejercicios de introspección, de reflexión interna, de cuestionamiento propio y continuo.

Para dar pie a una reestructuración cognitiva, en dónde cambias tu forma de pensar, cambias las impresiones erróneas derivadas de recuerdos y memorias contaminadas y asimiladas negativamente. Y entonces comienza el beneficio de la duda, el refuerzo positivo, el análisis parcial y neutro, el perdón, el soltar, etc. Es empezar a moldear una nueva forma de pensamiento, a buscar alternativas que modifiquen el pensamiento negativo desde la evidencia, desde la verdad, desde la raíz. Funciona parecido a una planta que le quieres quitar la plaga, de nada sirve limpiar las hojas y quitar un poco de maleza aquí y allá si en verdad no limpias la tierra, le aplicas abono y te aseguras que su raíz no esté contaminada.

Y por último, práctica y repetición con determinación, disciplina, paciencia, perseverancia y mucho amor. Hasta que tu mente cambie el chip y comiences a vivir estos cambios de manera real, tangible, autorealizad@ y feliz. Recordando que toma tiempo, que no es ni competencia ni carrera, que hay que tomar un día a la vez y más que nada que es un proceso de evolución para tu alma. La reestructuración cognitiva es algo que tú puedes trabajar todos los días, pero es mayormente recomendable que lo hagas en terapia, con un profesional que tenga conocimiento y preparación al respecto para que tu acompañamiento sea asertivo y sobre todo efectivo. Porque tú lo vales y mereces ser feliz y vivir en plenitud.

Un abrazo de luz, Chyo.

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Publicado por Chyo Rosas

Maestra, Psicóloga certificada en Educación Emocional y Terapeuta de Canalización Espiritual

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