El autocontrol es la capacidad que desarrollas para ejercer el dominio de tus impulsos, acciones, emociones y pensamientos. No es una habilidad innata pues no naces con ella, pero todos los seres humanos pueden adquirirla. Regularmente se desarrolla en la niñez, pero en caso de que no la domines, no te preocupes aún lo puedes hacer y aquí te daremos unos tips.
La importancia de esta competencia es que se considera indispensable junto con la autoconsciencia y el autoconocimiento, pues son la línea base de múltiples procesos internos como sanar, perdonar, ejercer empatía y resiliencia, solucionar de problemas, mantener la objetividad ante la toma de decisiones, manejar el estrés, entre otros.
Paso a paso puedes trabajar en tu autocontrol y aprenderlo por etapas para asegurarte que tu cambio sea sólido y efectivo:
El primer paso consiste en controlar tus impulsos. Los impulsos son reacciones automáticas con las que respondes a una circunstancia. Éstas, están guardadas en tu subconsciente y son respuestas inmediatas, pero con trabajo interior son enteramente programables.
1.1 ¡Alto! Cuando tengas las palabras en la punta de la lengua, cuando estés a punto de golpear algo, cuando tu gesto sea incontrolable y transparente ante el comentario o acción de alguien ¡Haz un ALTO inmediato!…. No para reprimirte, sino para controlarte y poder emitir una respuesta inteligente, objetiva y congruente.
1.2 ¡Silencio! No abras la boca inmediatamente. Eres mucho más que un simple impulso, un mal comentario o un gesto arrebatado, eres la trascendencia de tus actos. Así que practica guardar silencio para que cuando vuelvas a hablar lo hagas con la cabeza y el corazón en el mismo canal.
1.3 Respira, profundamente. Concéntrate en tu respiración, estos ejercicios te ayudan a disminuir el ahitamiento de tus impulsos y devolverte la claridad mental que necesitas. No subestimes sus efectos en todos tus aspectos (mental, emocional, físico y energético).
1.4 Date un espacio: Son esos 2-3 minutos necesarios para reestablecerte, para despejarte y pensar antes de actuar; son los que marcan el principio de ésta gran diferencia.
El segundo paso es rectificar tus acciones. Esto se refiere a alinear tu forma de actuar de forma coherente con lo que piensas y sientes, pero sobre todo con lo que quieres manifestar en tu vida, es decir, si buscas tu paz encamina tus impulsos y tus reacciones hacia acciones que traigan paz a tu vida.
2.1 Cuestiona tus reacciones: Este paso se puede ligar con el espacio de 2-3 minutos que te das para reestablecerte, y una simple pregunta es la protagonista: ¿Porqué reaccione así?. Aquí no tienes que analizar ni retroalimentarte tanto, la respuesta es simple, concreta y objetiva: Lo que haya sucedido en ese momento y te altero, eso es.
Debes saber que detrás de tus impulsos y reacciones siempre hay un motivo, que es lo que asociaste con una experiencia que tuvo un impacto negativo en tu pasado, sin embargo, este no es el momento para que te abrumes más. La intención de cuestionarte es para ubicarte en el presente (en ese momento) y detectes lo que te hizo reaccionar así, tratando de hacerlo «objetivamente».
2.3 Haz consciencia de las posibles consecuencias: Después de cuestionar tus impulsos y antes de contestar algo, sintonízate en el canal «Soy responsable de mis actos«. Si bien no eres responsable de la totalidad de las consecuencias si eres parte de la cadena de efectos de una situación al intervenir en ella por medio de comentarios o acciones y esto genera un rebote de karma devuelta hacia ti. No hace falta toda una introspección, es la ley rápida de causa y efecto: Si usas tu fuerza bruta, pues brut@ te vas ver.
Si tu acción es negativa, lo negativo se regresa. Si es positiva, hay mas probabilidades de atraer una consecuencia positiva. Y no te desanimes si tu reacción positiva es seguida por una negativa. Sigue trabajando en ti.
2.4 Cambia tus acciones: Ok, una cosa fue tu reacción inmediata pero después de controlar tu impulso y hacer consciencia, entonces, responde desde este estado de «consciencia de ti mism@». Primero por tu paz interior y segunda por el bien común. Cuando buscas cambios en tu vida, las primeras manifestaciones las haces desde tu interior. Ejemplo: Si siempre respondes, puedes elegir guardar silencio. Y después conversar objetivamente para darle solución cuando ambas partes estén tranquilas.
¡Mucho Ojo! Esto no quiere decir que mágicamente verás resultados, claro que volverás a tener las mismas reacciones porque probablemente sean patrones que repitas desde tu infancia y estén muy arraigados en tu inconsciente, te tomará tiempo pero todo en ti es reprogramable, lo que significa que tienes que practicar y practicar hasta que comiences a detectar tus propias mejoras.
El tercer paso es gestionar tus emociones. Este paso suele ser la pared contra la que se estrellan sin freno la mayoría de las veces y casi siempre el proceso interior que más dolores de cabeza da, pero a partir del momento que aprendes a dejarlas fluir, neutralizarlas y enfocarte en lo positivo estás aprendiendo a gestionarlas y es lo que llaman: Inteligencia Emocional.
3.1 Deja fluir tus emociones: ¡Ojo! tus emociones, no tus reacciones. Si tus emociones conllevan el impulso de reír, llorar, gritar o algo más, existe la incongruencia al decirte en este punto «no te reprimas» cuando el primer paso reside en poner un alto a tus reacciones (en lo que aprendes autocontrol). Pero debes reflexionar y tomar en cuenta que eres un ser humano integral y las emociones son parte de ti, de quien eres y de tu historia. Así que permítete sentirlas, no reprimas tu emoción porque energéticamente y físicamente generarás un bloqueo en tu cuerpo que terminas somatizando. Pero busca encausarlas productivamente.
3.2 Identifícalas y acéptalas: Nadie es perfecto y eres únic@, no hay nadie hecho en serie por tanto tu reacción es particular, nadie puede fungir de referencia. Tu proceso de aprendizaje de autocontrol requiere un análisis propio de identificación de emociones: ponles nombre. Y al reconocerlas entonces acepta que lo sentiste, sin juzgarte ni justificarte. Esto es ser responsable con tus emociones.
3.3 Neutralizar y modificar emociones: ¿Te ha pasado que después de un momento de zafarrancho emocional, respiras para tranquilizarte y logras llegar a esa calma que te permite pensar mejor? Bien, pues eso es neutralizar tus emociones y entonces estás list@ para modificarlas y enfocarte en algo positivo. Practica esto hasta que de manera inconsciente te fluya.
Si justo en este momento te estás preguntando cuanto tiempo te tomará. La respuesta mas sensata que te puedes repetir es: ¡EL QUE ME TOME!. Practica, practica y practica.
3.4 Expresión emocional: La expresión de tus emociones posteriormente es un factor clave en el proceso de autocontrol, porque conforme hablas y tu cerebro te escucha se autoprograma. Esto es SIEMPRE. Así que pon total atención a la forma en como expresas tus sentimiento, el enfoque es importante. Traducción: Utiliza palabras positivas. Realistas, pero positivas.
Tarea: Siempre que te detectes hablando en un estado «emocional-negativo», ponte un alto y reestructura tus oraciones.
Por último has llegado a la raíz de todo proceso interno: La maravillosa y complicada mente. Paso número cuatro: Modificar tus pensamientos. De nada te sirve cortar las ramas de un árbol, si la plaga está en su raíz. Aprendizaje: Se va a secar el árbol. De nada te sirve que trabajes en tus impulsos y emociones, si no vas a modificar tu forma de pensar. Aprendizaje: No es que tu te vayas a secar, pero difícilmente completarás tu proceso de autocontrol de manera trascendental.
4.1 Corta la negatividad: Un pensamiento es capaz de modificar una emoción y un sentimiento a largo plazo. Bajo este principio, utiliza dos herramientas innatas: Tu poder de toma de decisión y manejar tu fuerza de voluntad. Decide cortar la negatividad y cada que detectes que estás en un espiral de pensamientos negativos, así como pones el alto a tus impulsos, ponle un alto a tus pensamientos. Y despeja tu cabeza.
4.2 Coherencia de pensamientos: Factores como conocerte, reconocer tus límites, tener presente tus creencias y tus valores, etc. Además de definirte como persona es la forma en que ves particularmente la vida. Al recurrir a la coherencia, es importante tomar en cuenta el gran trabajo que estás haciendo pues al integrar la lógica y la objetividad a tu forma de pensar, no es que estés minimizando tus emociones sino que estás rebalanceando tu perspectiva de validación para no estancarte en lo mismo.
4.3 Reprográmate: Reformular la estructura de tus pensamientos en pro de tu armonía y bienestar no actuando desde el ego sino desde la lógica y la objetividad. Requerirá tiempo y práctica, así se realiza la reprogramación. Reafirmar esos pensamientos todos los días y ante las situaciones que te generen una oportunidad para practicar tu autocontrol. Repite tus afirmaciones diariamente.
Cuando hablan sobre trabajar en procesos internos, a veces, suelen pensar que es muy difícil porque no es algo que aprendes de manera tangible. No es como una receta que trae ingredientes e instrucciones y si buscas un video, te das una idea de como va a quedar. Si es una receta que necesita horno te indican los grados, el tiempo y sabes que si lo sacas antes estará crudo y si lo olvidas se te quemará. Tus procesos internos no son así, no es que estés crudo o si reflexionas demás te vayas a quemar.
En el caso de tus procesos internos, los procesos cognitivos que llevas a cabo como racionalizar, reflexionar, aprender, poner atención, además de la toma de decisión, manejo de fuerza de voluntad, ejercer tu libre albedrío, etc. son tus herramientas de trabajo y si representas el proceso de tu curva de aprendizaje, tendría una apariencia como de electrocardiograma, de situaciones en donde aciertes y otras donde te cueste trabajo aplicarlo porque van más allá de tus limites. Solo recuerda que la práctica hace al maestro. No te desmotives y sigue invirtiendo en ti mism@.
Un abrazo de luz, Chyo.
Gracias ❤
Me gustaMe gusta