La vida en sí misma es evolutivamente cíclica, es decir, existen ciclos dentro de los ciclos. Es como el ciclo de tu vida, que es solo un ciclo dentro de los ciclos generacionales de la vida humana. La mejor forma de describirlos son simplemente como espirales que cuando terminan de dar una vuelta de 360° y concluir el ciclo, a su vez, inician otro y así se forma la continuidad evolutiva del espiral de la vida. Por ello, es que hablamos de cierres y aperturas entrelazadas como si fueran el signo del infinito.
Los ciclos de la vida son como fractales.
Arcángel Jeremiel
El día y la noche te recuerdan que la tierra jamás deja de rotar en su propio eje, así tu también tienes ciclos de luz y oscuridad en tu vida continuamente y se manifiestan en tu realidad mediante tu energía, pensamientos y emociones ante las situaciones diarias, así como es necesario ejercitarse y descansar, de igual manera es reír, llorar, enojarte o sentirte confortado. Esta armonía natural, te recuerda la importancia de tu balance interior. Ambos aspectos forman tu ser y son un equilibrio perfecto que dan vida a tu individualidad y existencia.
En la tierra, el ciclo de rotación se lleva a cabo dentro de uno más grande: el de traslación. Durante este ciclo de 365 días, las estaciones también cumplen sus ciclos y con ellos la naturaleza brinda nuevos frutos sabiendo que nutren a muchos más, y no la verás aferrarse a los frutos de una temporada anterior pues ellos ya fueron aprovechados en su estación y cumplieron su ciclo, algunos fueron consumidos y otros seguirán aportando como abono para el nacimiento de nuevos frutos, pero sea como sea todos aportan y tienen su ciclo. Toda la naturaleza comprende innatamente su colaboración hacia la evolución. Así tus ciclos interiores de cambios emocionales, energéticos o de pensamientos están aunados a procesos más complejos que tienen que ver más con tu experiencia de vida y tu evolución, como la sanación de alguna herida o trauma, la definición de tu misión de vida, tus ciclos de perdón, tu empoderamiento, el desarrollo de tus capacidades y habilidades, tus aprendizajes, autoestima y/o autocuidado, entre muchos otros más.
En este punto, sabes que hay ciclos específicos de la vida que se pueden medir de manera tangible relativamente, como la duración de una jornada laboral de ciertas horas, un embarazo que dura 9 meses, 12 años de niñez, 6 u 8 horas de sueño por la noche, una emoción que dura aproximadamente 90 segundos, entre otras… Como también los hay intangibles, como el tiempo que te toma superar una experiencia traumática, el lapso de procesamiento del aprendizaje significativo de una lección de vida u otorgar un perdón a quien te lastimo o inclusive a ti mismo, una reconstrucción de autoestima, un proceso de autocontrol e inclusive de autoconocimiento. Cada persona es una gran enciclopedia de conceptos, conocimientos y experiencias que conforman los capítulos y tomos de su vida.
También hay algo que me gusta recordarles siempre y eso es que las respuestas regularmente se encuentran en sus raíces. Como ejemplo, basta observar como aprende un niño para saber que tus aprendizajes inclusive en la adultez deben ser paso a paso, pues no tienes un chip tecnológico que te permita resolver alguno de tus procesos inmediatamente y si algún día lo percibes así y aseguras que si lo resolviste así de rápido, lo más seguro es que con el tiempo te darás cuenta que solo fue una ilusión y aún habrá rastros en ti respecto a ello que debes trabajar. El indicador de superación de un proceso interno es que puedes hablar de ello y tus aprendizajes obtenidos, evocando siempre un sentimiento de paz interior.
Honrar y aceptar tus ciclos y tus tiempos es parte de caminar por el sendero de tu evolución en paz contigo y con la vida, fluirás con mayor naturalidad por tus experiencias maximizando tus conocimientos, aceptando tus realidades y trabajando por superarlas desde una postura positiva y amorosa lo cual magnificará tu felicidad y plenitud. Todo esto es paso a paso, ten paciencia y fe en ti. No niegues tus ciclos ya sean de vibración baja (negativo) o alta (positiva), ámalos y aprende de ellas por igual. Entendiendo que los ciclos de tu vida son parte de tu naturaleza y tu experiencia terrenal y están ahí con el propósito de hacerte crecer y evolucionar.
Con amor, Chyo.